El crudiveganismo es una variante del vegetarismo en la que sus practicantes solo ingieren
alimentos veganos crudos, aunque en realidad se permite que estos puedan ser sometidos a
temperaturas de hasta 46, 7 grados centígrados lo cual garantiza la no destrucción de las
estructuras de las proteínas, grasa e hidratos de carbono entre otros nutrientes orgánicos.
Crudívoro es un término que hace referencia a un tipo de dieta que se basa en el
consumo, únicamente, de alimentos de procedencia natural, y estos alimentos se han de consumir
exclusivamente en su modalidad cruda, sin someterlos a altas temperaturas. Dentro de los crudívoros
hay varios tipos entre lo que destacan los que comen carne, los que no.
Al igual que los
vegetarianos,
los crudivegetarianos no consumen ningún tipo de carne, ni de animales terrestres, ni de
peces, pero si pueden comer leche, queso, huevos, miel y otros productos de origen animal que no
cuenten con vida propia. Del mismo modo, y al igual que los
veganos,
los crudiveganos no pueden ingerir ningún de origen animal ya proceda del animal en sí, o
sea un producto generado por el mismo.
La alimentación de los crudivegetarianos y crudiveganos se compone de materias
frescas ó «vivas», como se suelen llamar. Tal «alimentación viva» no puede pasar de los 46´7 grados
centígrados, lo que asegura la integridad total de los nutrientes.
La dieta de los crudiveganos, como hemos visto, se apoya en los cereales, las
legumbres, frutas y verduras frescas, no artificiales, ecológicas, integrales y sin refinar. Las
semillas y los frutos secos, dos de los pilares de esta dieta, suelen ser remojados para potenciar
las enzimas. Los
crudiveganos
también admiten frutas y verduras deshidratadas, siempre y cuando el proceso de desecación se haya
realizado meramente con la temperatura aplicada por la luz solar. Los crudiveganos fundamentan su
equilibrio nutricional en las frutas dulces y ácidas, los germinados o brotes, las hortalizas,
aceites de origen vegetal,
algas comestibles,
fermentados, vegetales grasos (como el aguacate), etc. Además, dan mucha importancia a la textura,
por lo que es común que las personas crudiveganos utilicen de forma asidua aparatos como batidoras,
vasos americanos, picadoras, etc.
Según la Amercican Dietist Asociation (A.D.A.), las
dietas vegetarianas,
veganas, crudivegetarianas, crudivegenas y de otros
tipos de vegetarianos
pueden ser saludables si se vigilan de forma constante los aportes alimenticios de cada materia. Si
se equilibran estas dietas de forma que el cuerpo humano no tenga deficiencias, la A.D.A.
recomienda su seguimiento, aunque asegura que es necesario recurrir a complementos alimenticios si
fuera necesario. Respecto a la vitamina B-12, los expertos norteamericanos ven como necesaria la
toma de complementos vitamínicos que aporten este tipo de vitamina.
Susan Schenck (autora que defendió el crudiveganismo en «The live food
factor» ) y Lierre Keith, escritora que había practicado el crudiveganismo durante veinte años,
dieron a conocer su experiencia, y su posterior desencanto con esta dieta, en los libros «Beyond
broccoli: creating a biologically balanced diet when a vegetarian diet doesn't work» (Schenck)
y «The vegetarian myth: food, justice, and sustainability» (Keith).
También hay detractores de este régimen, que sostienen que el
crudiveganismo
perjudica seriamente a las encías, favorece la aparición de caries, disminuye la libido, incrementa
la pérdida de cabello, y adelanta la llegada de la menopausia entre otros.
Entre los aspectos positivos de este tipo de dieta ó régimen están el respeto y
la protección del medioambiente. Los crudívoros aseguran que el gasto de energía a la hora de
cocinar es, por ende, nulo, lo que provoca una disminución considerable de los índices de
contaminación, así como del abuso que se comete de los recursos naturales que nos brinda el
planeta. |